NO PODER AHORRAR EN LOS TIEMPOS QUE CORREN

"Es mejor acostarse sin cenar que levantarse con deudas". Benjamin Franklin

El otro día un amigo me comentaba que no podía pagar sus deudas.

Que no podía... ¿pagar sus deudas?

Estamos locos.

Primero, ¿quién tiene deudas que no puede pagar? Es decir, ¿cuál es la necesidad? Claramente ninguna. No hay ninguna necesidad de incrementar tu nivel de vida hasta el nivel de pedir dinero. No hay ninguna necesidad de hacer más viajes o vivir mejor por una foto de postureo.

Este chico en cuestión se había ido a vivir fuera de España y le pagan un sueldo mayor que el de aquí. Le gusta su trabajo. No debería de tener mayores gastos que aquí aunque su casa/piso cuesta proporcionalmente más. Con todo y con eso, debería de ahorrar en torno a un 30% por el incremento del sueldo. Y sin embargo, ha contraido deuda por un 50% de su sueldo anual (pedido a su familia/novio claro está, no al banco). Si lo llega a pedir al banco con los intereses no le da ni para comprar el pan, a parte de que un crédito al consumo es de lo malo lo peor que se puede "adquirir" de un banco.

Pues así es, me quedé tan sorprendido como cabe esperar… pero mi sorpresa fue más impactante cuando, de todos los que estábamos ahí casi ninguno llegaba con extra al final del mes. Resulta que es una práctica muy habitual llegar rozando números rojos los últimos días del mes.
Pero no entendáis mal, no es que sea una familia muy grande y tenga que dar de comer muchas bocas. No. Simplemente es que “llegan justos”. Pero justos, justos.

Claro está, siempre hay algún llorón que se queja de que su sueldo es bajo, pero a la pregunta “¿Entonces no te da ni para comer fuera?” la respuesta es un “No no, si yo como todos los días fuera y ceno tres noches fuera también”. Amigo, te he pillado. Continuando con lloricas que ante un problema van a echar la culpa a los demás, hay que añadir la situación de: “Es imposible ahorrar porque está muy mal pagado”. Vamos a hacer unos números rápidos, para Madrid (que es donde actualmente resido): habitación (350€), comida (150€), luz/agua (50€), abono transporte (€50) hacen un total de €600. El sueldo de un becario. Si se cobra menos, lo mismo hay que plantearse cambiar de oficio… Para mí eso es vivir con lo justo, todo lo demás son lujos. Por otra parte, cada uno que se permita los lujos que quiera, faltaría más. Menos lloros.

Volviendo al tema, resulta que además esta persona tenía deudas. DEUDAS. Un segundo… ¿deudas? Entonces… no es que viviese al límite, sino que… efectivamente, sobrepasaba lo que ganaba. Con creces, de hecho. Pero es que esto… ¡le pasa a muchísima gente! Mucha gente coge un crédito facilón, de esos de “Cofidis”, o de cualquier banco mismamente. Lo cogen porque claro… lo necesitan. ¿Pero qué necesitan exactamente? Pues necesitan comprar algo, desde luego las necesidades básicas las tienen cubiertas.

Hay pocos errores que los seres humanos puedan cometer una y otra vez… y no se cansen. Uno es vivir por encima de sus posibilidades. Yo lo veo bastante fácil: si necesito algo, hago un esfuerzo, ahorro y me lo compro. Sencillo, así me educaron y así son las cosas. Ahora, podría tener más. Y meterme en créditos. Lamentablemente, estos créditos tienen comisiones. Así que estás pagando lo que te has comprado MÁS las comisiones. Vamos a hablar de estos créditos, porque si lo que ocurre es que se puede pagar algo a plazos SIN intereses, tonto el último. Si puedes diferir el pago mejor, ya que el resto del dinero puede ganar valor si lo inviertes en algo mejor, como ya vimos.

Entonces, además de pagar lo que cuesta más los intereses, yo me pregunto ¿cuál es el límite? El límite es el cielo. No existe. Si lo compráramos con nuestro dinero, sin caer en la tentación de pedir prestado, nuestro límite sería en el tiempo necesario para ahorrar cada cosa que vamos a comprar. Entonces la elección es fácil: o vivimos con todo lo que queramos cuando queramos, siempre abrumados por las deudas, siempre al límite de pagos, siempre con la presión en la vida de hacer frente a las deudas, en resumen siempre acojonados; o por el contrario vivimos con lo que hay, y si queremos algo nos lo quitamos de otra cosa, y si no nos convence buscamos la manera de ganar más dinero (por ejemplo con un ascenso o cambiando de trabajo), pero vivimos tranquilamente sin la presión de pagar deudas.

Pues ale, que cada uno decida lo que quiera, pero para mí la decisión está tomada.

Pero en el fondo, ¿quién no adora los pequeños lujos?



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